Recuerdo las navidades de hace unos años y hay dos iconos que siento como si fueran ayer; el primero los saltos de esquí y el segundo el concierto de año nuevo. Mi ilusión como bailarina siempre ha sido poder bailar en el primer concierto de Año Nuevo en Viena. Tiene que ser una delicia, un sueño espectacular. 


No es un secreto que ame la música, todos los que me conocéis lo sabéis bien, hay canciones que han marcado mi vida, he amado y llorado con ellas, he pasado momentos felices y hasta he intentado odiar alguna de ellas por los horribles recuerdos que me traían. 

Pero nada de eso me impide emocionarme día tras día al oír aquellas canciones. Disfruto bailando a su son y mi cuerpo se transforma entonces en una parte más de la melodía. 

Benditas melodías que me hacen sentir mucho mas fuertes las emociones y a veces trasladan mi mente a lugares maravillosos en los cuales nunca he estado, que me hacen vivir la vida al son de mis canciones y permiten aislarme de todo cuando mi mente ya no puede más. 

Dentro de poco me veréis en un escenario, llevo tiempo ensayando y poco a poco todo está tomando forma, no os adelanto mas, dentro de poquito os contaré…