Cuando me despierto todos los días intuyo el tiempo que hace. Si me duele la cabeza intuyo que la presión es baja, y más si mi rizado pelo se crespa e incluso alguna vez llegan a salir chispas. Es curioso, pero observo que cuando hace viento, la gente está más nerviosa, más acelerada. Es increíble lo que puede llegar a influir la climatología en nuestra vida, mejor dicho, en el día a día.

Un día festivo, y lluvioso nos invita a estar echaditos en el sofá, acomodados con una mantita, una película y palomitas, y sobre todo, que no falte, si puede ser, estar en buena compañía.

Las calles están sin vida. Es como una norma, todos acomodados en casa porque llega el frío y la lluvia… En cambio, un día de sol, invita a salir a la calle. La gente sonríe más, grita más, los niños juegan, los adultos hacen fotografías, pasean, descansan al aire libre. Las terrazas se llenan de gente que necesitan la luz y el calor del sol, el relacionarse con la gente, para poder afrontar el día a día de forma más positiva.

Cuando vas al Sur no es extraño percibir esto. La vida se ve de otra manera, con otros alicientes, otras costumbres, e incluso distinta forma de ser. Quienes leáis esto, podréis observar que soy una mujer que necesita de nuestro querido astro sol para poder estar al 100%. Hay personas que son todo lo contrario, les encanta la lluvia, y les gusta cuando está nublado, incluso sentir el frío.



Es normal, para gustos los colores y tenemos que estar de todo en este mundo. Mi ascendencia materna tiene mucho que ver con ello y así os digo que disfruto del calorcito. Mi madre nació en el Sur, en un pueblecito de Sevilla (Estepa), dónde hacen unos mantecados y unos polvorones exquisitos. Algo de ese pueblecito he debido de heredar cuando me gusta todo lo de allí. Hasta yo misma me sorprendo a veces de mi carácter enérgico, alegre y positivo . Eso sí, en el momento que cese esta actividad que llevo siempre, os deberíais de preocupar…

Hablando de todo un poco. El lunes, fui de nuevo a mi oftalmólogo porque seguía con mi problema del lagrimal. De nuevo, llevo días que no ceso de llorar como la Virgen de la Macarena.

Mi médico se alegró al verme de nuevo. La alegría fue mutua. Su sonrisa tierna, su forma de saludarme, con ese cariño. Este hombrecito es pura amabilidad (me recuerda un poco a un personaje de película francesa anclado en los años 50, por su aspecto anticuado). Esta vez no llevaba escote, por si acaso (los ojos son delicados y no puedo distraer la atención de mi médico, y más después de la última experiencia con él). Necesito que mi fiel médico esté muy centrado.

Al entrar en su consulta volví a recordar olores a madera vieja, libros y muebles antiguos. Mi estupendo médico, me mira a los ojos fijamente y me explica que era imposible que me lloraran de nuevo. Según él, el lagrimal está bastante abierto. Fueron sus formas tan delicadas y esa expresividad que mostraba en sus gestos,como si tratara con una niña, su expresividad, su dulzura, incluso vocalizaba más de lo debido como si fuera sorda o algo similar, utilizaba manos y gestos para darme seguridad en mi diagnóstico: “se trata simplemente de una alergia”… Mi idea sobre su carácter siempre había sido de persona seria y muy distante, pero resulto ser una persona entrañable y cariñosa. Y lo más importante, me transmitió mucha seguridad puesto que iba con cierta preocupación..



Y ahora me voy a descansar que en el día he tenido un poco de todo. Una mezcla entre lluvia y sol, y calorcito. Un arcoíris de colores que hace mi vida sea así, bonita. Me acuesto amigos. Sólo me queda despedirme de vosotros con dulzura. Hasta mañana bombones.

Es el recuerdo, esos pequeños momentos, incluso de alguien que no conoces, que nos hacen ser importantes, hace que seamos simplemente FELICES al esbozar una preciosa sonrisa.

Disfrutad de esos pequeños detalles que pasan desapercibidos…


Muchos besicos cos cos



Y una carta más de mi admirador secreto…


«Sueño con ellos…

Y sueño con acariciar unas mejillas que nunca he tenido a mi alcance. Sueño con escribirte la canción más bonita del mundo. Sueño con que me sonríes, con que me amas.

Y sueño con cansarme de verte, de oírte, de sentirte cerca, aunque sé que cansarme de ti es imposible.

Como imposible me parece en este momento encontrarte un día en la calle, si mi corazón fuera capaz de resistirlo dudaría una y mil veces decirte que yo soy esa persona que te adora en silencio, que hace que la distancia se comprima cada vez que te envío un mail diciéndote que TE AMO.

Pero solo Dios sabe lo que haría por ver tu sonrisa al natural, por admirar esos ojos que me torturan con su belleza, con su primor. Esa sonrisa que me acompaña todas las noches, esa belleza que me hace soportar esta cruel vida que tengo sin tenerte a mi lado.

Alguien dijo un día que la distancia es el olvido, para mi esa distancia es la razón para pensar que un día te conoceré, que finalmente te tendré a mi lado y ese día me sentiré la persona más feliz del mundo.

De un mundo y una vida que no podría soportar si tu no existieras.

Tu

Mi pajarillo

Mi princesa

Mi amor»