Esta vez toca concierto. Nada más bonito que disfrutar de la música en directo durante el fin de semana. No sé si os ocurre a vosotros pero a mí me relaja, y mucho…
Mi madre y yo fuimos al concierto de Victor Manuel “50 años no es nada”. Esta vez dejó en casa a su Ana querida.


Nunca imaginé que interpretara sólo, sin su media naranja Ana Belén, por si no lo sabéis su nombre es Pilar.

El enclave, uno de los sitios más privilegiados de nuestra ciudad, con buena audición, el Auditorio de Zaragoza, es curioso, sólo hacía una semana habíamos estado en el mismo lugar con la Gala del Teatro Lírico, me trajo a la mente muy buenos momentos en la Sala Mozart…



El humo a la entrada de la sala, hacía vaticinar un concierto muy bueno en lo que se refiere a música.

Se apagan las luces, y aparece un Víctor Manuel junto a sus músicos, a cual mejor, su aspecto bastante envejecido, sus movimientos lentos reflejan más edad de la que tiene (69 años). Le acompaña su hijo, con bigotito, look moderno, y rasgos muy parecidos a su madre. La sorpresa llegó cuando mostró su estupenda voz, con la canción de Bailarina, cantada a dúo con su padre. Según comentó su padre se había encargado de producir todo el concierto, es un gran músico, a pesar de su juventud. 
Había agregado una serie de coros a las canciones que le daban un tinte más dinámico, más actual.


Fueron dos horas y media emocionantes, llenas de sentimiento, llamando la atención las tres veces que a Victor Manuel se le olvidó la letra, lapsus del directo después de cantarlas tantas veces… Miró a su hijo con gesto de complicidad y éste le recordó por dónde debía seguir…

Canciones como: 

“Planta 14”
“El abuelo Vitor” “Ay amor”
“Sólo pienso en ti”
“La madre

y no podía faltar la canción dedicada a su querida esposa 

“Canción para Pilar”.




Víctor iba describiendo cada canción como le había inspirado, todo un detalle.
Destacar que el Auditorio estaba casi al completo. La gente vivía con sentimiento cada gesto de Víctor Manuel y los aplausos fueron de un público entregado a un cantante, que no precisamente destaca por su voz sino por ser compositor de bonitas canciones, dio lo mejor de él en nuestra ciudad.
El próximo día más y mejor. Después hubo una buena cena y a esperar al siguiente. Es bueno acordarnos de nuestros mayores y verlos aplaudir y disfrutar, a mí en particular me llena más que el concierto en sí.
Os dejo con mi querido admirador anónimo del cual no tenía noticias hace tiempo…
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                                                Había olvidado…         
Como era el amor hasta que te conocí,
El color de la luna,  hasta que la soñé reflejada en tus ojos.
El dolor,  hasta que no te pude tener.
La angustia, cuando no te acercabas a mí.
Había olvidado…
Latir mi corazón,  hasta que eche en falta el tuyo.
Sentir mi mano, sin poder coger la tuya.
El aroma de los besos, hasta que me imaginé los tuyos.
El vivir, el soñar, el amar,  hasta aquel día en que te descubrí.

Maldito día, en el que salte sin red solo impulsado por el amor, convencido de que un día me llegarías a amar, de que serias feliz a mi lado solo con mi amor, con mi pasión, esa pasión que jamás conocerás porque no sabes aun quien soy.

Odio el destino que no me ha acercado a ti, que no me ha dado jamás la oportunidad de oír tu voz, de sentir cerca de mi tu aliento, de dejarme susurrar solo dos palabras a tu oído, esas palabras que desde hoy odiare y no saldrán nunca más de mi boca:

Te quiero