Después de San Valentín llega la calma...o no..

Pimontes Photography

Buenas noches queridos amigos:

Mucho ha pasado desde el último post, días movidos, algunos tranquilos, otros regulares.. Muchas experiencias, positivas y negativas, días de tristeza me han acompañado, pero también de alegrías, con ratos bellos y colmados de la gente que me quiere, aquellos que forman parte de mi vida, aquellos a los que indudablemente quiero y se que están a mi lado en momentos de bajón, aunque también en los de alegría.

En estas fechas hemos celebrado una fecha para algunos muy especial, el 14 de febrero, San Valentín, un día dedicado al Amor y a la Amistad, dos términos que aparecen vinculados, son algo que debe ir unido en las relaciones de pareja, pero que debe separarse en determinadas ocasiones.

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Se puede ser amigo, aunque no haya amor, pero si debe existir cariño y respeto, e indudablemente, el compromiso de la amistad, debe ser sinónimo de confianza, de saber que pase lo que pase, siempre habrá alguien ahí para darnos su apoyo incondicional, sin pedir nada a cambio.

En este día, todas las parejas, en mayor o menor medida, se han profesado amor, se han hecho regalos, se han obsequiado flores (los eternos románticos ) alguna joya ,cenas, y algún que otro viaje, pequeñas escapadas que hacen más llevadero el día a día, esos detalles que a veces consiguen derretir a la persona amada.. o no.. el amor debe ser recíproco, no nace espontáneamente, tiene que tener una base, y un bonito comienzo es una buena amistad, sin condicionantes.

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Parejas de muchos años, o de pocos días de relación, se vuelcan en este día en demostrar que sienten pasión por la persona que comparte su vida en este momento, o con la que desean compartir el futuro… Pero me pregunto.. ¿Por qué sólo un día…? El año tiene 365 días, ¿qué pasa con los otros 364…?¿Por qué sólo un día, cuando lo bello de verdad es demostrar que todo los días del año, deben ser un San Valentín constante..?

Pequeños detalles cotidianos, hacen que las parejas necesiten un día para “resetear” de la rutina, para sentir que debajo de esa aparente indiferencia que se profesan, a veces por hastío, otras por el ritmo de vida estresante que llevamos, o simplemente porque la falta de interés, que hace que aflore el aburrimiento, que el cariño decrezca.

Por eso, necesitamos ese día para demostrarnos a nosotros mismos, que seguimos amando a esa persona que comparte nuestra vida.
Pero soy de la opinión, y en eso estoy plenamente

convencida de ello, de que el amor hay que demostrarlo día a día, mañana tras mañana, y noche tras noche, con esos pequeños detalles, que sin ser materiales; una simple caricia, un abrazo inesperado, o una mirada tierna, nos hacen suspirar de felicidad, nos sacan una sonrisa, y nos hacen entornar los ojos, porque sabemos, que somos importantes para la otra persona. Un simple ¡¡buenos días cielo…!! demuestra que se puede afrontar el día a día de otra manera. Eso es la base del verdadero amor, vivir el día a día, los pequeños y los grandes momentos, buenos y malos.

Indudablemente , es una fórmula comercial, recuerdo aquellos anuncios de la famosa medalla de San Valentín, con aquel slogan tan pegadizo : “Hoy te quiero más que ayer, pero menos que mañana..” un Spot que llenaba las emisiones de televisión y de radio, y que igualmente, se acoplaba al primer domingo de mayo, el sempiterno y glorioso día de la madre, y que hacía dudar a los maridos que no sabían entre qué fecha elegir para regalar la medallita, si en febrero o en mayo, ¡terrible dilema…!

Lógicamente, este día tiene sus defensores y sus detractores, todo depende de la situación amorosa en la que se encuentre cada uno, mientras algunos desean halagar y ser halagados por la persona amada, otros/as están deseando que acabe este día, deseando salir de situaciones incomodas.

Otro remedio que se emplea aprovechando esta fecha clave, es el de regalar un ramo de flores, o cualquier otro obsequio, con el objetivo de zanjar una discusión o una bronca, claro error. Esos detalles, nunca deben hacerse sin antes haber aclarado la situación, sin haber solucionado el problema, por lo menos, hay que intentar que la otra persona sienta que es escuchada, que es entendida y comprendida, y por eso me reitero en la base de la amistad, que si se debe ceder, se cede, sin importar quien tenga la razón o no, la buena relación de pareja, se basa en el dialogo y la confianza, algo que –al igual que el respeto- nunca se debe perder. Ahí es cuando realmente se conseguirá el efecto deseado, ahí es cuando se demuestra el Amor verdadero, cuando se entrega uno al otro sin esperar nada a cambio.

Es muy curioso el hecho de cómo la historia, cambia con el paso de los siglos , para simbolizar este día con iconos que hacen que nos sea fácilmente reconocible, desde el ya nombrado y mítico San Valentín, que pocos conocen que fue un santo de la Iglesia Católica, un médico que en la época de la dominación del Imperio Romano, abrazó el Cristianismo, y llego a hacerse sacerdote, y que mientras no se permitía a los soldados del imperio que se casaran, -puesto que se perdían elementos vitales para la conquista y expansión del Imperio Romano – él oficiaba bodas en secreto entre los soldados y sus amadas. Resulta obvio decir que cuando fue descubierto, fue acusado de traición y su castigo lógicamente, según los criterios de la época, fue la muerte.

Como todo es esta vida, de ahí, a canonizarlo como santo, solo fue cuestión de tiempo, pero tras varios años en vigor como festividad religiosa, en 1969, Pablo VI, decidió que lo eliminaba del calendario como día marcado en rojo. En fin, con la Iglesia hemos topado…el día del amor, resulta que cinco días de cada siete años nos toca trabajar al día siguiente.

Pero con el paso de los años, y la mezcla de religiones, aparece un personaje muy singular, Cupido, alguien a quien los comerciantes se apresuraron en dotarle de muchisima importancia, y cargarlo de simbolismo, con lo que poco a poco se convirtió en el alma de la fiesta.

Su leyenda es bastante compleja, Cupido es hijo de Venus, la diosa del amor de los romanos, el equivalente a Eros, el hijo de Afrodita de los griegos, el Dios que recibía el tributo por el amor volátil e inmaduro, al que representaron como un querubín de corta edad, un dios pagano, al que la iglesia católica le dotó de alas, y lo convirtió en una especie de angelote, con lo cual anexionaban tres religiones, griega, romana y católica.

Las historias menos románticas sobre Cupido apuntan a que era un ser que se complacía en acechar a hombres y mujeres, y que disfrutaba disparando sus flechas sin mirar a quien apuntaba, satisfaciendo un placer a veces sádico, lo que luego se interpretó como que el amor no conoce barreras ni estereotipos.

De ahí, se paso a la simbología universal de los corazones, los comerciantes utilizaron el tirón de tan señalada fecha, para crear el día universal del Amor, algo que, aun después de todo lo dicho hasta ahora , nos sigue gustando a la mayoría, y debo reconocer, que a mí, que soy una romántica empedernida, me conmueve y enamora cada día mas…

Por eso corazones, llamadlo como queráis, disfrutad de cada día del año como si eso fuera el día del amor, no os limitéis a solo una fecha, aprovechad cada momento para recordarle a la persona amada que la queréis, que la amáis, y sobre todo, demostrárselo, no necesitáis grandes regalos, ni enormes ramos de flores, a veces, un simple “ Te Quiero…” o un saber que estas ahí cuando te necesito, pueden cambiar el sentido del día a día.
Espero que todos vosotros, mis fieles seguidores, halláis tenido el mejor de los 14 de febrero de vuestras vidas, pero recordad, que detrás del 14, viene el 15…16…17… y así hasta el siguiente mes de febrero, disfrutadlo con Amor..

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Besicos .. cos.. de color de rosa..como los corazones de los enamorados.

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Os dejo con una nueva misiva de mi admirador secreto.

Cuánto daría por esa sonrisa que no conozco.
Porque esas manos me acariciaran.
Por poder oler el aroma de tu piel.
Por ese pelo, despeinado al viento.
Por tu figura, esbelta y fornida que me atrapa.
Por esos abrazos que hacen saltar chispas de amor.
Y por ese beso, yo si que se lo que daría por un beso…